Dibujo de Quint Buchholz
Era en abril y el río no se movía.
Las aves migratorias regresaron
poblando las isletas como barcos
anclados en el alma de su cauce.
Los árboles abiertos al crepúsculo
ofrecieron su fronda hospitalaria:
Cobijo para el aire y para el ala
en la copa del tiempo indiferente.
Perdí la luz cuando cruzaba el puente;
cesó el clamor y levanté la vista.
Quiso el cielo ser agua y al volverme
de nuevo el río se puso en movimiento.
Era en abril. La vida anochecía.
Miguel Cobo
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