viernes, 18 de marzo de 2011

Regreso a Oniria



Habito en Oniria, náufrago de un sueño. Los mares vacíos limitan la nada. Mi edad no distingue pasado de futuro. Las eras del tiempo son solo un segundo. Aún no he nacido y siento que he muerto. Mi cuerpo proyecta la sombra de nadie y el signo infinito tatúa mi frente. Se escucha el silencio en su esfera helada. Se fuga mi sangre y traza una órbita en torno a la estrella que abdujo tu luz.

                                                                 ***

Fotografía de Mª Carmen Espejo: Buzo. Paseo marítimo de Cartagena

7 comentarios:

Kaperusita dijo...

Vaya vaya, Miguel!!
Buenísimo, contundente, breve y conciso.
Besosss:)

Miguel Cobo dijo...

Gracias, Kape. En principio había escrito un ensayo de 652 páginas; pero corrigiendo, corrigiendo...

Marisa dijo...

Los ríos de Oniria desembocaron en la Nada y en el Nadie. Una estrella fugaz lo firmó en el mar.

Espléndido este retazo del país de los sueños. Prosa poética que bien podría ser el comienzo de un libro.
Mi admiración onírica, Miguel.

Un beso.

Miguel Cobo dijo...

El descabellado, extravagante (en el sentido etimológico del término) e inútil intento de huir del tiempo, del espacio y de uno mismo, Marisa.
Un beso orbital

XuanRata dijo...

La desintegración siempre produce un pequeño escalofrío, como cuando llevamos demasiado tiempo en el agua y nos hemos alejado de la costa más de lo prudente.

Alberto Granados dijo...

Miguel, regreso de mi ausencia bien despierta, que nada onírica y me encuentro con este fragmetno de sueño metalizado. Magnífica aportación para un martes que debiera ser lunes.
Abrazo.

AG

Miguel Cobo dijo...

Xuan, se nota que estamos acostumbrados a desintegrarnos de vez en cuando. Nos pasa a los habitantes de Oniria. Luego, despertamos.

***

Alberto, en Oniria los días de la semana se diluyen en su tiempo inetéreo. Tú mismo lo dices: regresas de tu ausencia.

Otro abrazo.