jueves, 16 de septiembre de 2010

La entretela del tiempo





Lluvia tibia sobre los sauces. He llegado hasta la orilla del cansancio.
Hay juncos jóvenes en la ribera que la brisa mece con ternura, más ¿qué significa
mi presencia sin tiempo?
El agua, indiferente, refleja la duda de mi rostro.


Entre la tierra y el fragor vegetal distingo la voz del agua.
Aún se cierne el día sobre las águilas y yo regreso a mis lares inhóspitos.
He oído las canciones del viento, percibo el humo de la memoria,
arde tu recuerdo.


Las dunas dibujadas por el otoño enarenan la luz crepuscular de la mirada,
la soledad es la distancia entre la duda y el miedo.


Los olmos abren una herida de sombra en los recuerdos y un perfume de savia
ralentiza los latidos del tiempo.
Los insectos se baten contra el cristal de las lágrimas, en la luz vespertina de tus ojos.
Luego, la luna fugitiva nos escribe la noche con signos de murciélagos.


La estancia abrigaba nuestro calendario de siestas. Entre sus paredes
se filtran las horas vividas sin reloj y hacen crujir las viejas vigas destempladas.


Tu cuerpo emana una luz zenital sobre las sábanas. Hay espuma de mar en los embozos
y un sudor de manzana humedece la penumbra de la clepsidra deshorada.
De pronto, los corales se abren como lirios de sangre y siembran tus esferas .
El idioma del aire te respira y te nombra y la pequeña muerte se eterniza un instante.


                                                                 ***

Miguel Cobo Rosa

Imagen: "Stage Door"  Conrad Knutsen

3 comentarios:

Alberto Granados dijo...

Río y río y río... Sin embargo, tu poesía es cada vez más para tomarla en serio. Yo, que soy menos hidrológico también me pregunto qué significa mi presencia, pero eso nos lo preguntamos todos. Y esa pequeña muerte que se eterniza...

Miguel Cobo dijo...

Échale un vistazo a "Sentina del río" que incluye alguna novedad al final. Estoy pensando que podría ser un poema colectivo e infinito.
En cuanto a lo de tomarse en serio mi poesía, está bien...Siempre y cuando no me tomes muy en serio a mí; al menos yo voy a procurar no hacerlo.

Alberto Granados dijo...

Lo he hecho, Miguel, pero mi francés no da para disfrutar el poema. Pardon!